martes, 1 de febrero de 2011

Breve narración ficticia

Todo empezó porque a Cristóbal Colón lo corrió su mujer después de una borrachera de tres días, cuatro noches, hotel pagado y mujeres permisibles.

Al verse en las ruinas, Colín, como le decía su mujere, no le quedó más que ir con los reyes de España a pedirles, una diputación para poder sobrevivir, pues sus jerarcas, los italianos, ya lo habían despatriado por mujeriego, parrandero y jugador.

Los reyes españoles le comentaron que si le daban la diputación, pero que tenía que pasar una prueba, tenía que ir a un reino de lo muy, pero muy lejano, a rescatar a unos luchadores por los derechos humanos que ya habían acudido por primera vez a ese reino de lo muy, pero muy lejano, pero no habían vuelto.

Colín, como le decía su mujer, se metió a una caverna, con una copa en la mano, invitó a su toda la concurrencia a festejar su cumpleaños en una pequeña isla cercana a España que estaba llena de bellas doncellas, trasladándose en unos barquillos que tenía: la “chiquilla”, la “pintarrajeada” y la “loba marina”

La borrachera fue tremenda que duró 3 meses y en vez de llegar a la isla donde los esperaban las bellas doncellas, se pasaron y vinieron a dar a estas tierras.

Para la cruda tuvieron que tomar tepache de tuna y pulque y pensar en cómo regresarse, pues su esposa lo esperaba para que bañara a los “chiquillos”.

Así empieza la pesadilla de la larga noche de los 500 años.

Salud.

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